domingo, 28 de marzo de 2010

EMPATIZAR PARA COMPETIR

El interés por la habilidad de ser empático, de empatizar, entendida como la facultad de identificar e identificarse con los propósitos y sentimientos de otro (u otros ), se ha relanzado en los últimos cinco años de la mano, principalmente, de la denominada “inteligencia emocional”, de los datos aportados por los estudios sobre el desarrollo socio efectivo de los niños y los trabajos relacionados con el perspectivismo, es decir, la competencia precoz que demostramos poseer los seres humanos para inferir algunos efectos del estado mental y emocional de los que no rodean y ponernos en la perspectiva –en la piel- nuestros congéneres.
Pero, sobre todo, permite ir construyendo modelos cómo piensan los demás, un auxiliar indispensable para anticipar sus intereses, ideas, razones y sentimientos y actuar en consecuencia: prestando apoyo y compartiendo o quizás, seduciendo, persuadiendo o manipulando para lograr el propio beneficio.
Juegos de rol y dramatización: la posibilidad de actuar bajo la personalidad de otro ( un personaje, un prototipo) y, especialmente de defender puntos de vista contrarios a los propios puede favorecer la toma de conciencia sobre las propias concesiones y la valoración de perspectivas distintas.
Aprendizaje colaborativo: finalmente, existen un conjunto de prácticas educativas basadas en los principios del aprendizaje cooperativo, como la tutoría entre iguales o la enseñanza reciproca, en las que se estimula la ayuda mutua y la interdependencia en la realización de tareas que pueden contribuir de forma relevante al desarrollo de la competencia empática.

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